Para poder planificar nuestro futuro, ya sea a corto, medio o largo plazo, es fundamental basarnos en un presupuesto lo más realista y equilibrado posible.
Un presupuesto equilibrado significa simplemente un presupuesto en el cual los gastos no exceden los ingresos. Este término puede usarse para el presupuesto de cualquier entidad, ya sea una empresa, una organización sin fines de lucro o incluso una familia. Sin embargo, el término se asocia más a menudo con un presupuesto del gobierno.
Un presupuesto bien balanceado demuestra cierta salud fiscal, mostrando un nivel de gasto que se mantiene en sintonía con los costos necesarios y asumibles.
La frase «presupuesto equilibrado» implica que los ingresos y los gastos de ése presupuesto son iguales, lo que da cierto equilibrio. Sin embargo, el mote de presupuesto equilibrado sólo requiere que los ingresos sean por lo menos iguales a los gastos. Los ingresos sí pueden superar a los gastos en un presupuesto equilibrado. De hecho, un presupuesto con un gran superávit que está desequilibrado estrafalariamente hacia el lado de los ingresos del balance aún podría definirse como un presupuesto equilibrado. El término también puede ser engañoso, dependiendo de cómo contabilice sus gastos una entidad con un presupuesto equilibrado. Por ejemplo, una entidad podría optar por retrasar el pago de ciertos gastos hasta el comienzo de un nuevo ejercicio presupuestario, utilizando una contabilidad “creativa” para ocultar los gastos verdaderos y lograr el equilibrio.
Ventajas y riesgos potenciales
La principal ventaja de desarrollar un presupuesto equilibrado es que es un método para evitar que el gasto crezca más allá de los medios económicos de una entidad. Esto ayuda a evitar los déficit, que ocurren cuando los gastos superan los ingresos.
Esto puede tener un desenlace positivo o negativo, dependiendo de las circunstancias. Por un lado, puede reducir los gastos superfluos. Por otro lado, puede evitar que se hagan gastos útiles. O, para permitir el aumento del gasto, el requisito de un presupuesto equilibrado puede producir aumentos a fin de incrementar los ingresos y que coincidan con los gastos.
Presupuesto equilibrado cíclicamente
Una alternativa a un presupuesto equilibrado anualmente es un presupuesto equilibrado cíclicamente. Este concepto contradice el método más rígido de equilibrar un presupuesto con cada año del calendario y opta por equilibrar el presupuesto según los ciclos comerciales. Esto significa que los déficit y superávit presupuestarios deben regirse por el ciclo económico. Cuando corren tiempos buenos y la economía es fuerte, los presupuestos deben tener un superávit. Cuando los tiempos son difíciles y la economía es pobre, los presupuestos deben tener un déficit. En teoría, si la economía pasa por ciclos tanto de auge como de crisis, entonces el presupuesto debe equilibrarse a sí mismo. Sin embargo, la práctica de este concepto depende de que los buenos tiempos equilibren a los malos.
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